Ese es el título del artículo publicado en El País.
Merece un comentario extenso, dado que no tengo tiempo para ello publico el mejor comentario que he visto hasta la fecha efectuado por un lector de dicho diario.

No sé si es una historia verdadera, pero cuenta la leyenda que el difunto matemático, profesor Haim Hanani, pidió una vez a sus estudiantes en el Technion diseñar un proyecto para construir una tubería que transportara sangre desde Haifa a Eilat. Los estudiantes obedientes hicieron lo que se les pedía. Usando reglas logarítmicas, esbozaron el diseño de un sofisticado oleoducto. Planearon su ruta meticulosamente, teniendo en cuenta la topografía del lugar, la posibilidad de corrosión, el diámetro de la tubería y el flujo de calibración. Cuando presentaron el resultado, el profesor dio su dictamen: estáis suspensos. Ninguno de vosotros preguntó por qué necesitamos una tubería semejante, la sangre de quién la llenará, y ante todo por qué se pondrá en funcionamiento.

Todo por los profesores pero sin contar con los profesores está abocado al fracaso.
Recomiendo la lectura del comentario que al respecto ha relizado en su blog el profesor Jordi Adell persona con la que el ministerio debería contar como asesor a la hora de cambiar los obsoletos esquemas del sistema educativo español.
Seguro que la editorial Santillana propietaría del diario El País no está muy de acuerdo con mi recomendación