En el blog de Juan Freire podemos leer:
Imaginemos por un momento, y tomando como ejemplo a España, que el gobierno dedica una ínfima parte de los presupuestos que ahora destina a sostener el sistema actual de libros de texto a crear una plataforma abierta donde los propios profesores puedan compartir y co-crear contenidos. Imaginemos que incentiva este trabajo de los profesores. Imaginemos que los propios alumnos pueden contribuir ya sea con contenidos ya sea con críticas. Imagninemos que esos contenidos están disponibles en la red para que aquel que lo desee los consulte, reutilice, imprima, … Sin ser ambiciosos, podemos imaginar que, simplemente, el gobierno no invierte nada en estos proyectos pero, al menos, les proporciona un marco legal adecuado. Leer completo
Artículos que de alguna manera podemos relacionar con este son los recientemente publicados por dos «monstruos» de la red:
- Repositorio español: Otra vez reinventando la rueda de Anibal.
- Listillos y pringaos en la enseñanza by A. valero
Artículos relacionados
Tendríamos que ir hacia currículos abierto, menos disciplinares e integradores de los medios que hoy utilizamos para obtener la información y el conocimiento, entre ellos las nuevas posibilidades cooperativas que da al red WEB 2.0.
La reforma abría este camino, pero es el primero que se ha cerrado. Yo conozco centros donde algún ciclo ha prescindido de libros, aunque por otros planteamientos, y he visto que es posible, pero complicado, tiene que haber una voluntad clara.
Pienso que el proyecto de Negroponte saldrá adelante, tiene el futuro a su favor.
Ese camino no se ha cerrado sólo, Miguel Luis. El cierre era demandado clamorosamnete por el profesorado, y la contrareforma del PP se plegó a la demanda. Es tan reacio el profesorado español a decidir sus propios proyectos que los currículos, actualmente en fase muy avanzada de redacción, están incorporando la secuenciación de contenidos por curso, es decir, se mantiene el cierre que introdujo el PP. Es decir: se intenta evitar que un currículo demasiado abierto cree de nuevo convulsiones. Esta secuenciación por cursos parece que se compagina mal con los conenidos de tipo procedimental (habilidades y esrategias), que son el eje de áreas como la lengua.
Los libros de texto son el cierre del círculo vicioso: la industria editorial elabora el tipo de material que demanda la mayoría; las editoriales no favorecen la innovación, para poder seguir vendiendo; el profesorado hace siempre lo mismo (con alguna pincelada a la moda), entre otras cosas porque nadie le ofrece materiales distintos (y una cierta seguridad de que innovar no reviste riesgos, para los profesores y para el éxito de los alumnos) y hacerlos uno mismo es muy costoso; las editoriales hacen el material que se les pide…
Lo voy a decir de otro modo: ¿Por qué en los libros de texto de lengua la gramática está hipertrofiada? Pues porque una mayoría del profesorado, a pesar de que esté de acuerdo con que lo más importante es enseñar a leer y a escribir, como más cómodo se siente es enseñando gramática (sirva o no sirva para desarrollar capacidades de uso de la lengua). En todas las áreas se podrían poner ejemplos parecidos. ¿O no?