Miguel Ángel Gómez Crespo profesor de Física y Química del IES Victoria Kent de Torrejón de Ardoz, Madrid escribe hoy en la sección de opinión del diario El País un artículo titulado Aprender a enseñar.
En el mismo, muy acertadamente, pone en cuestión las tesis de dos artículos recientemente publicados en El País, uno de ellos es Algunos males del sistema educativo de Ricardo Moreno Castillo, el otro es La estafa de enseñar a enseñar de Andrés de la Oliva.
Paso a reproducir el contenido de la carta de Miguel Ángel.
Dos artículos de EL PAÍS me han causado asombro y sonrojo (Algunos males del sistema educativo, R. Moreno, 4 de diciembre; La estafa de enseñar a enseñar, A. de la Oliva, 8 de diciembre). Defienden que no es necesario que un profesor aprenda a enseñar, que un mal de nuestro sistema son los expertos en la formación de docentes o se niega la posibilidad de «un saber… cuyo contenido sea el enseñar…» y que las investigaciones e innovaciones didácticas tengan valor. Parece que cuando todo cambia lo único que no debería cambiar es la enseñanza.
Es cierto que sin una sólida base disciplinar no se puede ser profesor, nadie lo duda. Pero no es garantía de que los alumnos aprendan. Todos hemos tenido algún mal profesor buen conocedor de su materia. Los buenos alumnos aprenden con profesores que no saben enseñar, pero los estudiantes con más dificultades, no.Es cierto que hay expertos que no han pisado un aula de secundaria, pero hay muchos que sí lo han hecho. ¿Rechazaríamos a un epidemiólogo que no haya sido médico de familia?
A lo largo de los años, a veces no he conseguido lo esperado con mis alumnos. Lejos de delegar responsabilidades en causas externas, he buscado con autocrítica qué podía cambiar yo. Aunque a R. Moreno le parezca una «necedad», como profesor de física y química, aprendo de revistas y libros de didáctica y del contacto con profesionales de otros campos.
Su trabajoe de partida. Los artículos citados dejan un poso amargo y no puedo evitar ver un cierto «elogio de la ignorancia», peligroso en tiempos en los que alumnos y sociedad parecen evolucionar más rápidamente que docentes y escuela.
Esto huele ya a Navidad, aprovecho para ir poniendo un arbolito.
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¿elogio de la ignorancia? Para ignorancia la que despliegan los que hablan de pedagogía sin haber pisado un aula de secundaria. ¿aprender a aprender? Eso es innato en el ser humano. Los malos profesores no lo son por falta de recursos pedagógicos, si no de conocimientos en su campo y falta de amor propio y a su profesión.
Cuanta tontería hay que leer….
«…¿aprender a aprender? Eso es innato en el ser humano. Los malos profesores no lo son por falta de recursos pedagógicos…». Lo son por que se creen muy listos, por arrogantes y por que en realidad son unos vagos que se quieren evitar el esfuerzo de mejorar su cualificación. Aprender a aprender es la tarea de los alumnos y esto implica usar el razonamiento pero también la memoria, la escritura y el esfuerzo. La tarea de los docentes es enseñar, para esto necesitan tener los conocimientos pero también trasmitirlos. Las eminencias sobran para enseñar la tabla de multiplicar y en primer ciclo de primaria se trata de eso y de educar a los chicos en la cultura del esfuerzo y en la de aprender a aprender.
Considero que la reflexión realizada en «Defensa de la Pedagogía» pone un poco de sentido común a los ataques que ha recibido, en los últimos días, dicha materia. Se trata de buscar el equilibrio entre la teoría y la práctica, no pretender quien sabe enseñar mejor. Seamos un poco empáticos y pensemos que esta profesión nuestra de la enseñanza tiene un fin muy claro, conseguir formar a las nuevas generaciones, así pues ellas han de ser las beneficiadas de nuestra labor, que siempre será más completa si suma el esfuerzo de profesores y pedagogos.
Por ser de gran interés he considerado oportuno abrir debate entre los profesores de literatura que participan en Planetalector.com en la siguiente página:
http://www.planetalector.com/noticia/67/en-defensa-de-la-pedagogia/
Estoy totalmente de acuerdo, hay que «saber» enseñar, «saber» motivar, «saber» transmitir. Nuestra misión es enseñar, independientemente de los que tengamos delante, buenos o malos alumnos. El principal objetivo es enseñar, pero la mayoría no lo considera como tal: tienen sus propios objetivos y metas, y no tienen nada que ver con la educación
Saludos
José Antonio
Colegios de Sevilla
Estoy totalmente de acuerdo, hay que “saber” enseñar, “saber” motivar, “saber” transmitir. Nuestra misión es enseñar, independientemente de los que tengamos delante, buenos o malos alumnos. El principal objetivo es enseñar, pero la mayoría no lo considera como tal: tienen sus propios objetivos y metas, y no tienen nada que ver con la educación
Saludos
José Antonio
Colegios de Sevilla
http://www.colegios-sevilla.es
La intención es muy buena, no obstante pienso que tenemos que proyectartnos por ofrecer vías que posibiliten a los docentes menos experimentados aprender a enseñar, de lo contrario seguimos dandole vueltas al asunto sin encontrar una solución.
Estoy de acuerdo con F.Muñoz de la Peña. Leer el artículo «La estafa del enseñar a enseñar» también me ha producido cierto sonrojo. No discuto el que el sistema pueda estar fallando, y que el CAP esté mal orientado, asi como las facultades de formacion al profesorado (y lo digo por propia experiencia, como alumna que soy de una de ellas). Pero hay algunas afirmaciones en este articulo con las que estoy totalmente en contra. Por ejemplo cuando dice: «Y todavía es más falso que haya un saber que no sea ni física, ni latín, ni geografía, y cuyo contenido sea el enseñar en general para cualquiera de esas disciplinas», o «Si no se sabe cómo enseñar algo es porque no se sabe suficientemente, y la consecuencia es que hay que estudiarlo más y mejor». La segunda afirmación sabemos de sobre que es totalmente falsa. Hay muchas eminencias que saben mucho de su materia, son expertos en ella, y no saben cómo transmitirla, no empatizan con el alumno, no realizan una reflexión conjunta con los discentes, una autocrítica de su labor, no saben cómo evaluar los resultados de su acto de enseñanza… en definitiva, no saben cómo enseñarla, aunque tengan interés en ello. Para eso existe una ciencia, la Didáctica, apoyada en numerosos estudios de una comunidad científica, basada en teorías comprobadas, validadas, en teorías deductivas e inductivas, cuyo objeto se centra en cómo realizar de forma eficaz el proceso de enseñanza-aprendizaje. A esos resultados remito a todos los profesores que tengan interés en su profesión, y a que sigan formandose en esa materia. Las carreras de formacion de profesorado tal y como estan planteadas son solo el comienzo. La formacion del profesorado debe ser permanente y continua. Es una labor del propio docente seguir mejorando en su actividad, al igual que lo hacen muchos otros profesionales.
Totalmente de acuerdo