Para entrenar, cualquier programa sirve. Para educar, sólo Software Libre., con esta frase termina un magnífico artículo de Federico Heinz , presidente de la Fundación Vía Libre cuya lectura recomiendo.
Una de las más inteligentes y convincentes reflexiones que he leido acerca de la importancia de usar software libre en educación y de la necesidad de cambiar la metodología que impera en nuestro quehacer diario en el aula.
Vía: Profesor interactivo
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Siempre he mantenido que el Software Libre potencia lo que en la antigua ley se llamaba educación en valores, y que ahora se llaman competencias básicas de tipo social. Con software privativo es difícil que la herramienta sea la finalidad educativa en sí, y no sólo un vehículo los contenidos que se enseñan con ella.
Con el software libre y abierto, enseñamos a compartir mientras enseñamos matemáticas, lengua o cultura clásica. Es tan evidente que cada vez me resulta más claro que lo de usar soft de pago en educación es un tema de dinero y de quién se lleva las contratas, aparte de la pura y simple ignorancia de nuestros gobernantes educativos.
El Software Libre no llegará a todos si no se invierte en él. El software libre no debe ser gratuito para la Administración Educativa, han de finaciar proyectos libres que se encuentren en marcha y otros nuevos, cuando surjan de la insuficiencias de lo que ya hay disponible. Porque, me temo, que la Administración se ha fijado sólo en la gratuidad de Software Libre y las inversiones se emplean en hacer su CD, en el que aparezca bien claro su nombre.
Pero, sobre todo, se ha de invertir en crear contenidos libres que se puedan emplear en las aulas. Sin esos contenidos educativos, lo que el sofware puede aportar a la educacón es escaso.
Sin embargo, el hilo conductor del artículo parece ser que el punto positivo es el hecho de poder estudiar el código de un programa y, sinceramente, ¿cuál es el interés de estudiar el código de un programa para un no programador?
Existe mucho freeware (software gratis aunque no libre). ¿Es éste menos adecuado, aunque el autor lo esté compartiendo de forma desinteresada?
¿El software no es un herramienta? ¿Debe convertirse entonces en un objeto de estudio? ¿Debemos introducir el conocimiento de los lenguajes de programación como parte del diseño curricular para que los alumnos puedan acceder de forma efectiva a las ventajas de acceder al código del software que usan?
Otra cosa que no se dice, no todo el software proviene de grandes compañías multinacionales, sino de pequeñas empresas o incluso de programadores individuales, muy abiertos por cierto, a las sugerencias de los usuarios con respecto a prestaciones o problemas con sus programas. Creo que se mete en un mismo saco a programas de muy diferente origen.
Y por otro lado, ¿qué sucede cuando la oferta de software libre para una determinada finalidad es inadecuada, inexistente o insuficiente?
El que el codigo esté disponible es lo que permitiría a las Administraciones Educativas financiar proyectos para mejorarlo, adaptarlo o simplemente traducirlo. Eso no es posible con softare no libre, te apañas con lo que te venden y cuando surja una nueva versión la vuelves a comprar.
Utilizar el Softare Libre no es solo hacer uso de las aplicaciones disponibles, debería ser participar en su desarrollo. Evidentemante muy pocos podrán participar modificando código (quizá en los Ciclos Formativos sea posil¡ble), la mayoría de los usuarios participan notificando fallos, creando o traduciendo documentación, y eso sí está al alcance de muchas más personas, incluso de los alumnos de primaria (por ejemplo haciendo dibujos que podrían pasar a formar parte de las galerías de cliparts de diversas aplicaciones).
Y la Administración emplear ese dinero que se ahorra en licencias en incentivar el desarrollo de esas aplicaciones libres o contratar personas para que lo hagan (que no es una inversión «en saco roto» sino en el desarrollo tecnológico se la sociedad a la que representan)
Yo no sé si ocurre en otros entornos, pero mi experiencia con desarrolladores pequeños (de soft privativo, puesto que no publican código fuente) para Mac OS es que están completamente abiertos al tipo de colaboraciones que dices (informe de errores, solicitud de nuevas prestaciones, creación de recursos para el programa, ejemplos, etc.). Casi siempre con una respuesta inmediata.
Por otra parte, sigo sin ver claro qué actitud se toma cuando no existen las herramientas adecuadas en modalidad de software libre (sí, oferta de navegadores, programas de ofimática y similar haberla, hayla). Grupos de profesores que conozco en Andalucía lo están pasando bastante mal para mantener sus proyectos de trabajo debido a la implantación de Guadalilnex y la ausencia del tipo de herramientas que utilizan con los niños en ese entorno.
No rechazo el software libre (pero lo cierto es que no lo elijo mucho puesto que la mayor parte de programas que me satisfacen no lo son), pero no puedo compartir la afirmación que parece desprenderse de de que «sólo el software libre es virtuoso».
Los desarrolladores pequeños (y grandes) pueden dejar sus pequeños desarrollos abandonados y, al ser el código cerrado, dejar a todos sus usuarios «colgados». Si el código se encuentra a disposición de todos, cualquiera puede recogerlo y las posibilidades de quedarte sin actualizaciones se hace menos probable.
Por esas herramientas que no existen, es por lo que me refiero a que el Sofware Libre no debe ser sinónimo de gratis para la Administracióm, deben financiar proyectos de desarrollo que solucionen esas carencias.
Como señalaba Kerberos: «el Software Libre potencia lo que en la antigua ley se llamaba educación en valores, y que ahora se llaman competencias básicas de tipo social». Y etas «virtudes» solo las tiene el SL, el sofware propietario solo invita a consumir, esa es su «virtud».
La verdad es que no comprendo la última frase. Siempre he entendido que el software es una herramienta, no un «consumible».
Tampoco veo claro el papel de la Administración. Creo que debemos tender al establecimiento de formatos de documento que permitan la interoperabilidad y la elección por parte de cada uno de las herramientas con las que quiere trabajar. Que la Administración obligue, por ejemplo, a utilizar determinadas herramientas de software (por libre que éste sea) introduce unas limitaciones graves de la libertad de los usuarios que entiendo incompatibles con los mismos principios del software libre.
Las herramientas, y el sofware, pueden quedar anticuadas, pueden dañarse y no disponer de recambios, … , y hay que comprar una nueva. A eso me refería con «consumir», a comprar. Aunque quizá debería haber puesto «invitan al consumismo». Y decía que es su «virtud», porque ese es el objetivo de su negocio, vender y para ello convencer de la necesidad de comprar.
La Administración, como cualquier empresa, ha de valorar cuáles son las herramientas idóneas para sus necesidades, debe elegir, y sus trabajadores las utilizarán en sus tareas. La «obligación» es la misma sea cual sea el fabricante de la herramienta. Y cada uno en su casa es libre de elegir la que a él le parezca más adecuada.
Y si hablamos de los formatos de documentos, para que «permitan la interoperabilidad y la elección por parte de cada uno de las herramientas con las que quiere trabajar», se debería buscar un estandar abierto (por ejemplo el OASIS, el que utiliza OpenOffice-org)
Bueno, el software libre también falla, se revisa, se actualiza. Las páginas de proyectos libres también invitan a utilizarlo, a convencer de la necesidad de usarlo y todo eso. También invitan a realizar donaciones y también hay servicios de soporte de pago relacionados. A mí me parece todo muy correcto y no tengo nada que decir al respecto, simplemente que no creo que los modelos sean tan diferentes.
Evidentemente, si uno tiene algo que vender trata de promocionarlo, sobre todo si vive de eso (y la gente que hace soft libre también come, digo yo).
No sé, creo que hay una visión muy prejuiciosa del software propietario, como una asunción de que si se hace soft propietario eres Microsoft o algo por el estilo. Yo, particularmente, mezclo ambos tipos de soft en función de cómo responde a mis necesidades.
Por otra parte, si hablamos de que la administración debe decidir sobre las herramientas, ¿eso es aplicable a todo? Por ejemplo, libros de texto, material de laboratorio… Me parece excesivo ¿no? ¿Se quiere decir que si yo soy profesor de tal materia y utilizo un determinado software, textos, materiales de aula y laboratorio y consigo progresos en mis alumnos, debo aceptar que la administración me obligue a utilizar un software, textos, materiales de aula y laboratorio que en mi experiencia he encontrado inadecuados?
En fin, siento ser pesado, pero de verdad no entiendo que se pueda llegar a conclusiones como las que da título a esta entrada y me gustaría poder entender el punto de vista. Gracias por la paciencia.
El penúltimo intento:
«Ética del Sofware Libre» en http://mnm.uib.es/gallir/presentacions/malaga2006a.pdf, por Ricardo Galli.
Saludos. José Fernando.
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la verdad no entendi un poco pero no se si es algo aburrido