Lejos de mi intención está darle ideas a la Ministra española de Educación pero…
Los estudiantes neozelandeses podrán utilizar ese lenguaje abreviado y a veces indescifrable que se usa en los móviles en los exámenes oficiales de la NCEA (el equivalente a nuestra selectividad). Continúa…
Yo de momento tengo a mano este traductor de lenguaje normal a sms pero todavía no tengo el inverso si alguien lo conoce me lo comunique por si me contratan como corrector de exámenes en Nueva Zelanda,
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No puedo evitarlo. No puedo evitar hacer un comentario. Si a un alumno que se examina para acceder a los estudios universitarios, donde el código que se va a utilizar es el idioma oficial en su registro formal culto, no se le exige la competencia lingüística necesaria para entender y usar ese código y ese registro… yo no sé.
crmn, lo q t psa s q no stás al día, jo, tía. yo reclmo mi drcho a xplicr sin vcales y q m siga l q pueda
Una reflexión que me hago, estando de acuerdo con el uso ¿correcto? de la lengua escrita es que en la Edad Media el castellano no era igual que ahora. Otra, es que el «habla SMS» ahorra tiempo y dinero. Otra más es que las lenguas son para entenderse y, en general, los SMS se entienden, sobre todo en su SMS world. No llego a ninguna conclusión, de ahí mi duda hacia el «a favor» y hacia el «en contra». Supongo que la razón la tenemos entre todos
Las lenguas evolucionan, cierto. Pero para eso se necesitan siglos de pequeños cambios, y un acuerdo universal entre los hablantes. Esto es una moda. Todavía me sonrío cuando Dª María Moliner colocó en su diccionario un neologismo que los niños de papá madrileños trajeron de Francia: «piramidal» (‘estupendo’).
Ejemplo de abreviación: la «ñ» española, que convivió laaaargo tiempo con soluciones nj, ny, ni, todas esas a la inversa, y la nn, que usó la virgulilla al final para indicar la duplicación. Pero todas esas zarandajas gráficas y sus lentas evoluciones se estuvieron dando mientras el entonces «castellano» era la lengua de segunda, porque los grandes documentos, y, sobre todo la ciencia, se escribían en latín ultranormativo.
En cuanto una lengua se estabiliza como vehículo de todas las comunicaciones, cuando mucha gente que no la tiene por materna la usa como vehicular para entenderse en un entorno más amplio, hay que fijarla.
Una de las virtudes del español es su fuerte impronta fonética, que resiste bastante bien incluso las diferencias dialectales. Ante una palabra desconocida pronunciada en el español estándar, la pregunta es «¿con be o con uve?», «¿con hache?», «¿ge o jota?», y poco más. Un inglés ha de recurrir al «Can you spell it?», y algún amigo alemán me cuenta más o menos lo mismo.
Y no. no se entiende bien la jerga de SMS. Como nuestros compañeros no entendían bien nuestras abreviaturas personales en los apuntes que nos fotocopiaban -tuve una compañera que combinaba unos cincuenta signos-. A personas de edad y bastante cultas les he tenido que traducir cartitas en jerga. Por no hablar del pequeño detalle de lo limitadísimo del vocabulario SMS «puro». En cuanto hubiera que ampliarlo empezarían los conflictos. Es una moda que pasará. Lo que es cierto es que detrás vendrá otro invento para patear nuestra lengua, ya Larra lo contaba.
Vaya tela… Cómo haga yo una implantación del 1337 |3\| (4//()\|4 en los exámenes del instituto, no sé quién los corregiría.
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Pues yo considero al «lenguaje de los móviles» una cosa muy útil, siempre y cuando se use en ese ámbito. Es en el momento en el que el «lenguaje movilero» salta a la escritura habitual cuando deja de ser una ventaja para convertirse en un derivado corrupto y molesto para el idioma en cuestión. Además de entorpecer el aprendizaje, claro está… y las faltas de ortografía… bufff…